jueves, 11 de abril de 2013

La creación del ser humano.


En la Teogonía se dice que los hombres fueron creados por Hefesto y Atenea, con ayuda de todos los dioses y por supuesto, por orden de Zeus. Cada dios iba aportando una cualidad apreciable, como la belleza, pero al llegar el turno de Hermes, éste puso en su corazón la mentira y el engaño.
Los dioses decepcionados por estas cualidades, decidieron librarse de todos los hombres mandando a la tierra una inundación. Tan solo fueron perdonados Deucalión y Pirra, un matrimonio bueno frente a los ojos de los dioses.
Deucalión construyó un barco para protegerse de la gran inundación y se refugió junto con su esposa durante nueve días. Tras esos nueve días, el nivel del agua volvió a bajar y pudieron abandonar el barco.
Se preguntaron que podrían hacer para volver a poblar la tierra y decidieron consultar a Zeus. La respuesta que este les dio les fue difícil de descifrar. Le había dicho algo como: “Proteged vuestras cabezas y arrojad detrás los huesos de vuestra madre”.
Después de mucho pensar, consiguieron descubrir qué era lo que Zeus había querido comunicarles. Lo que él les dijo como ‘huesos de vuestra madre’ se refería a las piedras de la madre naturaleza.
Sabiendo esto, se cargaron de piedras y comenzaron a arrojarlas tras de sí, con cuidado de no golpearse a ellos mismos. De las piedras que iba tirando Deucalión nacieron los hombres, y de las que tiraba su esposa, nacieron las mujeres. Así se procrearon hijos que constituyeron los ancestros de las distintas ramas y la Tierra volvió a estar poblada. 

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